Desde las paredes de tu cuarto o de tu oficina, o desde los barnices del
mobiliario de tu hogar o de tu puesto de trabajo, te acechan “vapores” de
productos sintéticos que son peligrosos para tu salud y que son también muy
nocivos para el medio ambiente, pues no se degradan con facilidad.
Las pinturas y barnices convencionales contienen compuestos orgánicos
volátiles (COV) que pueden tener efectos nocivos sobre el medio ambiente y la
salud. Muchos estudios independientes son categóricos al respecto. Por esta
razón, algunas marcas de pinturas comercializan desde hace años las denominadas
"pinturas ecológicas". Estos productos “bio” están compuestos por
materias primas de origen vegetal y/o mineral que no contaminan ni en su producción
ni en su aplicación. Además, se fabrican pinturas y barnices específicos para
personas con problemas de alergias, que, desgraciadamente, cada vez son más.
Para distinguirlos, hay que buscar el etiquetado ecológico pertinente, que
garantiza la ausencia de sustancias tóxicas. En el mercado también hay empresas
y/o distribuidoras, como Embarro (presente en BioCultura Madrid -ver
información abajo-), u otras (Livos, EcoPinttors, Casa Ecológica, etc.) con sus
respectivas marcas, que producen sólo y exclusivamente pinturas ecológicas,
completamente seguras.
UN INFORME
Según un estudio
encargado por la marca de pinturas Keim a la Ingeniería Trischler &
Partner, de Friburgo (Alemania), los impactos ambientales de una pintura
mineral ecológica de silicato en un periodo de 50 años son "notablemente
inferiores" a los de una pintura plástica. El estudio, realizado en una
casa de 200 metros cuadrados, reveló que la pintura de silicato del tipo Keim
ahorra 12.000 julios de consumo energético, 80 m³ de emisiones, 100.000 litros
de aguas residuales, 170 litros de residuos sólidos y 560 kilogramos de dióxido
de carbono. Es decir, las pinturas ecológicas tienen un mucho menor impacto y,
por otra parte, son de más calidad, como ocurre en las comparaciones con los
alimentos orgánicos y los convencionales. Pero las pinturas convencionales no
sólo son nocivas para los ecosistemas, también tienen impactos en la salud de
los consumidores.
EN LA RED
En la red hemos encontrado esto. Es muy
significativo: “La última vez que pinté mi piso, todos sus habitantes –incluido
el perro- tuvimos el sentido del olfato inhabilitado durante dos días. Vamos,
que no olíamos ni una cebolla incrustada en nuestras narices de tanto químico
al que habíamos estado expuestos. Aprendí la lección: investigué qué marcas de
pinturas ecológicas están disponibles en España y la descripción de sus
características, según los fabricantes. La característica común a todas es que
no tienen disolventes. Por lo que he podido entender de las descripciones, los
disolventes orgánicos al evaporarse pueden liberar compuestos orgánicos
volátiles (COV), los cuales son altamente contaminantes y afectan a la capa de
ozono. De allí que sea clave la ausencia de este componente en las pinturas
ecológicas”. Hay muchas más opiniones como esta en la red de personas que han
empezado a dar pasos para zafarse de los productos químicos que hay en las
pinturas convencionales.
LOS RIESGOS
Podemos distinguir dos tipos de riesgos. Unos a
corto plazo, para las personas que se encargan de utilizar estos productos,
pintando paredes o lo que sea, ya sea de forma industrial o doméstica. Los COV
pueden producir irritaciones, alergias, diferentes tipos de intoxicación cuando
hay accidentes e inhalaciones peligrosas o ingesta, etc. A largo plazo, los
efectos del uso de pinturas con productos nocivos no sólo afectarían a los
profesionales o personas que han pintado las paredes o los muebles, sino que
afectarían a todas las personas que habitan esas casas, puestos de trabajo,
fábricas, oficinas, escuelas, etc. Aquí las consecuencias también pueden ser
variadas y, en general, más peligrosas, habida cuenta de que, según la
literatura científica al respecto, muchos COV pueden presentar efectos
carcinogénicos y otros, como disrupciones hormonales, problemas en el sistema
respiratorio, etc.
DESINFORMACIÓN
La infinita mayoría de las personas desconocen que
las fumarolas de la pintura y el barniz son perjudiciales. La mayoría de
nosotros nos sentimos mal, de alguna u otra manera, al estar expuestos, pero no
le damos importancia o no sabemos de dónde procede nuestro malestar. A veces,
estamos en un lugar recién pintado, o al remozar las paredes de nuestro hogar,
sentimos jaquecas, náuseas, mareos, todo tipo de irritaciones. Lo peor es lo
que no se ve, lo que nos afecta a lo largo de los años tras la pequeña
exposición cotidiana: se sabe que los COV pueden causar cáncer, pérdida de
coordinación, daños en los riñones, en el sistema hepático y en el sistema
nervioso central. Al utilizar pintura sin COV se nota enseguida el bienestar.
Todos hemos pintado la casa o una habitación en alguna ocasión y luego hemos
tenido dolores de cabeza, palpitaciones, etc. Cuando pintas con pinturas
ecológicas certificadas, este tipo de sensaciones desaparecen. Ponle colores a
tu vida, pero que sean colores seguros.
BioCultura será una buena oportunidad para
tomarle el pulso a la mejor oferta de pinturas ecológicas. Allí podremos ver
por ejemplo a la firma Embarro en el estand 497 mostrando sus nuevas soluciones
en revocos y acabados de barro para mejorar la calidad del aire; revocos de
cal, tadelakt, estucos, pinturas de arcilla, cal, caseína, silicato y
tratamientos de madera.
Pablo Bolaño / The Ecologist
Asociación Vida Sana
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